Estrategias para tranquilizar
En momentos difíciles y situaciones estresantes los niños pueden sentir que sus mundos se han trastornado. Usted puede crear un ambiente tranquilo, familiar y la sensación de seguridad de los niños.
Proporcionar tranquilidad
Asegúreles a los niños que ellos están seguros y amados: “Sé que esto es difícil, pero tú eres muy valiente. Las personas pueden ser valientes y sentir temor al mismo tiempo. Vamos a superar esto juntos”. La tranquilidad no siempre tiene que darse con palabras, tómele sus manos y abráselo con frecuencia.
Ponga el ejemplo de cómo enfrentar la situación
En tiempos difíciles, los niños miran a los adultos para saber cómo deben sentirse y reaccionar, por lo que usted debe mantener la calma tanto como sea posible. Dígales que es normal tener diferentes sentimientos y que siempre pueden hablar con usted u otro adulto sobre lo que están pensando y sintiendo. Decir algo como: “A veces yo también me asusto/me preocupo y no me siento bien por dentro”, puede ayudar a justificar los sentimientos de ellos y asegurarles que no están solos.
Mantenga las rutinas
¡Siempre hay consuelo en lo que es familiar! Elegir al menos una rutina diaria sencilla que los niños puedan anticipar, como cantar la misma canción de cuna por la noche, puede darles una sensación de control. Si los niños tienen dificultad para llevar a cabo las rutinas diarias, puede ser útil escuchar algo como: “Pongamos tu preocupación (u otro sentimiento) en el estante mientras nosotros… (damos un paseo por la tarde, leemos un cuento antes de dormir, etc.), luego hablemos de este sentimiento”. Dejar de lado una preocupación o miedo por un momento y luego hablar, ayuda a ponerlo en perspectiva y darles tiempo a los niños para relajarse y disfrutar de algo que les gusta.